El lunes en La Paz, cientos de maestros de Bolivia tomaron las calles en una enérgica protesta contra el proyecto de ley de "jubilación forzosa", alzando la voz en demanda de un trato justo y mejores condiciones laborales. En medio de consignas y reclamos, exigieron al gobierno del presidente Luis Arce asignar más presupuesto al sector educativo y garantizar el pago total de las horas de clase impartidas.

La manifestación cobró fuerza a medida que los educadores avanzaban por el centro de la ciudad, dirigiéndose hacia el Ministerio de Educación. Allí, la tensión escaló cuando algunos manifestantes detonaron petardos hacia los policías que custodiaban la zona. La respuesta no se hizo esperar, y los agentes de seguridad respondieron dispersando a la multitud con gas pimienta y disparando municiones con pintura.

La protesta no se limitó a La Paz, sino que contó con la participación de maestros de otras regiones del país, quienes se solidarizaron con la causa y prometieron permanecer en la ciudad hasta obtener una respuesta satisfactoria por parte de las autoridades. Este acto de unidad refleja la determinación de los educadores bolivianos en la defensa de sus derechos laborales y en la lucha por una educación de calidad para todos.